martes, mayo 02, 2006

“Lo triple que puede ser la vida”

Estaba cansada, mis tacones de aguja me tenían enferma,
caminaba hacia el estacionamiento pensando en donde había dejado estacionado el auto
y no paraba de pensar en mis pies que estaban adoloridos de tanto soportar esos zapatos,
que yo también odiaba.
Manejado hacia mi casa en Providencia,

observaba mí alrededor, lleno de gente apurada y estresada.
Hasta que llegue a una esquina de Gran Avenida y el semáforo estaba en rojo,
y quede parada al lado de una micro y en ella habían 3 hombres de entre 15 y 18 años,
asaltaban al chofer agrediéndolo con un enorme bate y le robaban todo su dinero
que él había ganado durante todo el día.
Divise entre uno de ellos y me di cuenta que estaba mi hijo pegándole al chofer con ese bate.
Me sentí muy traicionada,
quede en shok! No sabia que hacer, ni que pensar, estaba muy confundida!
No reaccionaba, hasta que un vehiculo de atrás toco la bocina para que yo siguiera mi rumbo
ya que el semáforo estaba en verde.
Al llegar a mí casa él aun estaba ausente

-y seguía ausente en mi ese recuerdo que nos marco, nose si él me vio… lo dudo-.
Me di un baño de burbujas en mi jacuzzi, para despejarme de todo mal,
analicé la situación, pensé en él.
Me acosté en mi cama estilo americana
y miraba por mi gran ventanal toda Providencia,
esa noche estaba muy linda, estrellada, tan linda como si fuese su última noche entre nosotros.
Me quede dormida.
Mi hijo llego a las 3 de la madrugada, lo sentí llegar, entro en silencio, no como otros días,

que llega a mi cama, me despierta y me cuenta que tal estuvo su día.
Desperté como a las 6.30, y en mi cama había una linda carta de mi hijo.
Hace 3 días que no lo veo, estoy preocupada.

A veces hace esto, cuando va a la casa de su amigo.
Pero me llama.
Un carabinero, de policía local llama a casa:
-Buenas Noches, es Ud. la sra. Clara Undurraga?
-Si, soy yo –Le respondí claramente.
-Perdone, pero… es Ud. la madre de Agustín Valdivieso?
Mientras el carabinero me preguntaba eso,

por mi cabeza pasaron muchas cosas,
una de ellas fue el parto, frió y doloroso,
también cuando murió su padre hace 3 años,
en fin,
muchas cosas,
los momentos que pasamos juntos,
todos sus cumpleaños, etc.!
Y le respondí con orgullo y el pecho bien inflado:
-Si señor! Soy la madre de Agustín Valdivieso!
Me duche y me vestí rápido, tome las llaves del auto y partí.
Termine en la morgue, visitando cadáveres adolescentes

ahogados por la angustiosa realidad de la deseada adaptación social rechazada.
Y ahí estaba mi hijo, mañana cumplía 19 años…
lo único que tenia, se fue y sin palabras todo acabo así.
By Lüderitz Gasman...

Eso fue un kuento...
lo escribi hace komo un año...
ojala les guste...

1 comentario:

Anónimo dijo...

sip! me akorde de haberlo leido..
y me gusto antes..y me gusta ahora
aunke nunka entendi bien
ke kerias realmente decir..

aps! ahora no tengo blog..o sea..borre el anterior..
y estoy recien empezando otro..pero
le faltan muxas remodelaciones..
kuando este listo te lo mando..

a todo esto
me dio risa tu perfil de eso ke
me mandaste jejeje
nose porke!
yap besitos oie!
kuidate muxo..

bay bay